Tormentas de neón, negrura densa
la una engulle sombras invisibles, espectros
vidas desdibujadas sobre cartones
las otras, estridentes, anuncian paraísos improbables.
Siempre se unió en amargo contubernio
el privilegio colonial al hambre
mas aquí no les separan ni dos metros
Un planeta donde sueño y pesadilla
son dos caras de una moneda en giro incesante
y donde los actores nunca cambian
Llegan los arbolitos de brillantina
Se oye algo mainstream que engullió a los villancicos
Hace tres meses se escucha
Calor tropical y frío de escaparates
donde se vende la vida
por códigos de países
Konnichiwa, hey Sir, oppa
Saunas que nunca duermen
Y, entre tantas tiendas, tan infranqueables
un sátiro rechoncho y adusto
se lleva de la zarpa
algo pequeño y frágil, algo verde hecho de sueños aún de nieve, algo arrancado de un pupitre ante miles de ojos que no miran
Pues aquí , en la trastienda del Disney world global
El viejito pascuero no trae nada
sino carga su saco de inocencias
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